viernes, noviembre 21, 2008

Nada que añadir

No tenia nada mejor que hacer, la tarde no era demasiado fría y vi la oportunidad de poder regresar a casa caminando. En Burgos y especialmente a partir de Octubre cada día en el que uno no tiene que ponerse la cazadora abotonada hasta arriba es un día que debe aprovechar.

De camino a casa, intentando que pasara el tiempo lo mas rápido posible, pasé cerca de una parroquia que tenia un aspecto bastante extraño, algo casi abyecto, sectario y claustrofobico incluso antes de poner un pie dentro. Una reja de metal franqueaba la entrada y daba paso a un vestíbulo en el que había colgados un buen montón de carteles, la mayoría desfasados, que anunciaban las mismas patrañas que tuve que leer una y otra vez cuando era un estudiante de primaria. No pude evitar leer alguno, mas que nada por una curiosidad insana que me impulsaba, no sin cierto afán mórbido a ver de que se trataban aquellos pasquines.

Lo mismo de siempre, meriendas, cenas, recaudaciones de fondos, misiones evangélicas (a saber que coño queria decir eso...) y cursos de guitarra en los que posiblemente no aprendas una mierda pero te acerques un paso mas a la salvacion de tu alma inmortal.

Fue precisamente cuando leí lo de aquel cursillo cuando me vino a la cabeza la imagen de un cuartucho plagado de iconografia cristiana de cartón piedra, lleno de niñatas adolescentes, granulientas reprimidas en su mayor parte, ensayando lo que tocarían en el coro aquel domingo. Me retrotraje a una época no demasiado lejana en el tiempo, pero si en el recuerdo, ya sabéis, otra epoca, otra pareja y otros aires en general. Mi novia en aquel entonces tocaba en uno de estos coros junto a otras chicas de su edad, aquello tenia su lugar de ser en aquel momento y aquel lugar. Todos tenemos una época timorata y sin valores en los que somos fácilmente influenciables, es normal y no culpo a nadie, pero a día de hoy he llegado a saber que algunas de esas personas siguen colaborando en aquella parroquia.

No seria nada desdeñable de no ser porque son quizas algunas de las mayores hipócritas y malas personas con las que jamas me he tenido que juntar en mi vida. Chicas, todo es un decir, que cada fin de semana agarran borracheras que les dejan cerca cerquisima del coma etílico. Personas con una moralidad gris, muy gris por no decir mediocre y corrupta hasta la médula que llevan a cabo las mayores aberraciones que os podáis imaginar y que sin embargo el fin de semana dedican un par de horas a preparar un encuentro evangélico vecinal. Una doble cara que asquearía al tío con el estomago mas templado. En cierto modo me siento liberado y feliz de no tener que compartir nada con esa personas a dia de hoy, ni un misero saludo cuando me las cruzo por la calle. Sera que soy un cabronazo por eso de negar el saludo a la gente, ya veis..

No se cuanto tiempo estuve mirando aquel cartel, quizás un instante el que me vino todo esto a la cabeza, quizás mas. Pero la tarde empezaba a refrescarse y decidí subirme la cremallera de la sudadera y apretar el paso, aun tenia media hora como mínimo de camino hasta llegar a casa.

sábado, noviembre 01, 2008

LA PARADA DE LOS MONSTRUOS

Las paradas de autobús son sitios abyectos, el otro día como podéis comprobar si giráis un poquito la ruleta del ratón, publique en el blog una entrada en la que conté como sufrí el acoso de la patrulla imserso en todo su esplendor. Pero aquello era la antesala de algo todavía mas oscuro que me ha sucedido hoy mismo.

La tarde no había comenzado demasiado bien, había quedado con mi novia a las cinco y diez de la tarde en el centro de la ciudad para ir a ver una película a su casa y salir a tomar algo si aun nos quedaban tiempo y ganas cuando hubiéramos acabado el maratón cinematográfico. El caso es que cuando ya estaba saliendo del portal me doy cuenta de que me he dejado la mochila con el disco duro virtual en casa y tengo que subir a toda prisa en el ascensor, la cosa no pintaba bien, pasaban ya cinco minutos desde la hora en punto y el autobús estaría al caer, sin embargo y ante la aterradora perspectiva de tener que dejarme los cuartos en un videoclub subí pitando y tras coger la bandolera salí de casa esperando que el bus aun no hubiera pasado. Tarde, el coche de linea pasó por delante de mis narices sin inmutarse, aunque peor hubiera sido que el conductor me hubiera visto, hecho un corte de mangas y seguido de largo, pensadlo así.


Con una temperatura rondando a las cinco de la tarde el cero absoluto me dirijo al centro de la ciudad andando, total, si los de la novela VIVEN pudieron, yo no iba a ser menos. ¿Que es lo peor que podía pasarme, perder la punta de algún dedo como los montañistas que escalan el Everest, el K2 o alguna cordillera perdida en algún rincón del mapa? Cuando mi cabeza se perdía en este y otros pensamientos igual de profundos me despierta del atontamiento el tono de mi teléfono móvil.

-Hola amorcín!! Que tal?
-Medio congelado, he perdido el bus por un minuto, me había dejado el disco duro en casa
-Vaya, que mal, yo estoy en el mio pero pasa algo raro...
-Raro? Que pasa?
-Te lo digo ahora, espera un segundín..
-No me dejes mosca
-Espera... un segundo...

En ese momento escucho varias voces en el autobús, la mayoría eran gritos, supuse que había una discusión pero Burgos es una ciudad de gente amante de los gritos..

-Maria, estas ahí? Dime algo
-Creo que me he metido en el bus que no era, este me esta llevando al cementerio
-Al cementerio? En que bus te has metido? Joder vaya tarde..
-No te cabrees
-No me cabreo, pero ya me dirás como quedamos ahora
-Acabo de bajarme a la altura de la comisaria
-ESTUPENDO!! Eso esta a media hora de aquí..
-Como si fuera culpa mía el haberme equivocado
-Hombre, que yo sepa los autobuses vienen con el nombre de la linea bien grande, en fin, déjalo, ya cojo el bus de gamonal y nos vemos en alcampo, que quiero mirar unas cosillas
-Ok.. pero no te cabrees
-No me cabreo, coño, en 10 minutos en la parada de "bambi"
-Tes espero!! Besitos!!
-Mua..

Entre el cabreo que tenia encima y el tiempo que me había llevado la charla llegué a la parada del bus de Gamonal, la tarde aun tenia solución, solo necesitaba CALMA Y TRANQUILIDAD. En diez minutos estaría en la parada en la que había quedado y todo arreglado. El viaje en autobús no es que fuera un buen presagio, de pie con todos los asientos ocupados me toco agarrarme un par de veces a la barandilla para no perder el equilibrio y acabar como uno mas de la larga lista de tullidos que han dejado los autobuses urbanos de burgos. Tras un par de paradas agitadas llego a mi destino donde me esperaba Solete con la sonrisa mas preciosa del mundo, algo opuesto al gesto adusto que tenia mi cara. La tarde se acabo enderezando y terminamos en su casa viendo una película, al acabar eran las ocho y media por lo que decidimos bajar al centro en bus a tomar una cenita ligera y volver cada uno a su casa.

Otro error, fatal, todos y cada uno de los bares por los que pasamos estaban atiborrados de gente y aquellos que estaban vacíos o casi, nos daban demasiado mal rollo como para entrar a tomar lo que fuera, si aquellos lugares estaban vacíos en un dia en el que cada bar, bocateria, hamburgueseria, pizzeria y otros locales acabados en "eria" estaban llenos hasta la bandera, seria por algo. Tras pasar un par de veces por la Tarasca, el Morito, todos los locales de las llanas, calle san lorenzo, plaza mayor y calle de san juan desistimos y nos dirigimos a ese lugar mítico que es la parada del bus de Arcos, quizás por el frío, quizás por la hora estaba bastante desangelada y tan solo un par de señoras, Sol y yo estábamos esperando en ese momento. No tardo en aparecer algún jubilado despistado que respetuosamente respetó la cola. El bus, para variar, llegó a su hora y me despedí de Solete con un bucólico beso de postal, pague el billete y me dirigí a la zona trasera del bus.


Y ahí estaba él, parecía sacado de Amor en tiempos revueltos, un vejete con un sombrero gris, traje, chaleco, corbata a rayas (no confundir con el pijama a rayas, que ese era otro..) y un guardapolvo que posiblemente tenia bastantes mas años que yo. Aparentaba unos setenta años bastante mal llevados, las gafas gruesas no disimulaban en absoluto las bolsas debajo de los ojos ni las arrugas que surcaban todo el rostro.

-Siéntate chaval!!
-No, prefiero ir de pie..
-Que tengo un asiento a mi lado, anda, ponte...
-Aquí de pie estoy apoyado en el motor del bus - en ese momento toco donde tenia la espalda apoyada para cerciorarme de que tenia razón - y con el frió que hace cualquier ayuda es poca.
-Que pasa que tu novia no te da calor?
-Con este frió tengo entumecidos todos y cada uno de los apéndices. No apetece demasiado enfrascarse en ciertos temas.
-Oh, a mi me apetece mañana dia y noche... ni frío ni gaitas, tontería. Una vez que la has metido todo va solo - En ese momento yo aun no sabia que al que se la quería meter era a mi.. -
-Nada, mi generación es muy sensible al frió, y hoy es un día prácticamente polar.
-A mi me parecéis una generación bien maja, gente muy guapa, muy sana..
-Unos mas que otros, si le contase el nivel de cabestros sueltos de mi generación que hay.
-Que años tienes corazón? - tarjeta amarilla -
-Oh, aun soy joven, tengo xxxxx (introduzca numero entre 20 y 30 y quizás acierte)
-Hmm pues parece que tengas menos, con esa carita imberbe de niño bueno que no ha roto un plato en su vida.. -tarjeta amarilla de nuevo -
-Las apariencias engañan... por cierto, vaya día mas frío - Mi instinto de conservación se dispara a tiempo de cambiar de tema - estoy helado, del todo.

En ese momento pone su mano encima de la mia, que en ese momento se encontraba agarrada a una barra del autobús

-Jesus!! Si que estas helado!!
-Creo que es un problema de riego... - bajo mi mano de forma disimulada, quizás solo sea un tío amable hablando con un chavalin al que por poco no triplica la edad -
-En que parada te bajas?
-Yo en... - estaba claro que no me apetecía chupar frió de camino a casa bajándome una parada antes para despistar a mi nuevo mejor amigo, de hecho no me apetecía chupar nada - San Agustín, si, en San Agustín o lo que queda de el, porque con estas obras..
-Que casualidad, ahí me bajo yo!! - no se por que me lo imaginaba -

Toco el indicador del parada, me acerco a la puerta y el señor se pone de pie a mi lado, el autobús se detiene en mi parada, momento en el que siento una palmada en mi culo

-Alehop!! Para abajo - seguro que pese al comentario, el buen samaritano tendría otra cosa para arriba -
-Bueno, el caso es que he quedado a las diez con unos amigos, muchos amigos, me tengo que ir, un placer conocerle - aunque el placer seguro que era suyo -
-Donde vives, te acompaño jovencito
-No hace falta... de verdad.. adiós

Por suerte estaba a 30 segundos de mi portal, al que entre a toda prisa subiendo andando nueve pisos como nueve catedrales. Imaginaos como iría de apurado que los coroné en menos de 90 segundos. Creo que voy a evitar coger esa linea a esa misma hora un par de semanas, por mi salud, física y mental.

lunes, octubre 27, 2008

La tercera (y ultima) edad

Imaginad el clima de Burgos como algo frió y adusto, un clima que no te deja la menor tregua. Cuando tienes buena suerte sopla un viento helado que te llega a hacer daño al "tocarte", cuando tienes mala suerte el viento viene acompañado de lluvia y varios grados bajo cero de regalo.

Ahora imaginad un Domingo por la noche, una parada de bus mas o menos céntrica y todo lo que acabáis de leer sobre el clima de Burgos aumentado hasta el limite de lo humanamente soportable.

Dicen que nuestra generación es una generación de jovencitos asilvestrados que no tienen ningún valor o rectitud moral, que somos ovejas descarriadas que no respetamos ni los mas básicos pilares de la sociedad. Exageran. Yo por lo general y salvando algunas honrosas excepciones siempre he procurado ser una persona educada, me gusta dar las gracias, pedir las cosas por favor y tratar de usted a mis mayores o a las personas que no conozca lo mas mínimo, al menos cuando me dirija a ellas por primera vez y si ellos no me han indicado lo contrario. Cedo mi asiento a los discapacitados físicos, embarazadas, gente impedía e incluso a los enanos (esto ya lo aclarare otro día en el blog, de momento os diré que es uno de los momentos mas bochornosos de mi vida..)

La linea 2, por decir un numero, esta bastante cerca de un lugar de recreo situado en el mismísimo centro del paseo del espolón, a el acuden por lo general socios que de media rozan los 80 años de edad.No hay semana en la que la puerta de dicho lugar no este adornada por una o varias esquelas. Una sociedad de recreo de las de antes, con simpáticos vejetes con tirantes de motivos de España fumándose puros y viendo una corrida o el partido del Madrid en la televisión. Esa clase de personas llenas de prejuicios y manías acumuladas a lo largo de toda una vida.

El autobús supuestamente pasaba por mi parada, el numero 7 de calle Vitoria, a las nueve en punto, no quería perderle porque me supondría afrontar un buen tramo hasta casa caminando, y eso no era la opción mas apetecible con la tromba de agua que estaba cayendo desde hacia un par de horas. Para poder tener un sitio en el que sentarme me presente en la parada un cuarto de hora antes, mejor esperar ese tiempo guarecido bajo una parada de autobús cochambrosa que llegar a casa calado y con una neumonía. Tuve la tentación de retroceder una parada y coger el autobús apenas medio kilómetro antes, pero la idea de perder el autobús que o bien podia llegar 5 minutos antes o bien salir justo cuando yo llegara a plaza de España, no era demasiado alentadora. Así que subiéndome bien la cremallera e intentando no pensar en nada me apoye contra un cartel luminoso de la marquesina de la parada del bus. Según se acercaba la hora en punto bastantes de los casi centenarios socios del club de recreo del espolón se iba arremolinando en la parada, yo estaba deliberadamente de pie en parte por dejarles un sitio en el que sentarse dentro de la marquesina que nos servia de parada, en parte para poder acceder al autobús nada mas este llegase.

Pero algo turbio se empezó a urdir en aquel lugar, un grupo de octogenarios bastante variopinto, algunos con bolsas de plástico en la cabeza, algunos con hojas de periódicos, formaron un muro delante de mi con intenciones bastante aviesas. El marcador digital indicaba que el autobús estaba a punto de llegar, quizás en dos o tres minutos. Y ellos, pese a tener que chuparse el aguacero que todavía estaba cayendo, siguieron impertérritos delante de mi formando una barrera inexpugnable. No me gusta que me tomen el pelo y aun a riesgo de llegar a casa con un constipado de categoría, aproveche que el bus doblada la esquina de san lesmes para adelantar a aquella barahúnda senil y ponerme en primera linea dispuesto a tomar el sitio que ya era mio por algo mas que una cuestión de cojones. Repito que estaba dispuesto a dejar el sitio a quien lo necesitase, pero una pandilla de octogenarios peleones expuestos a un aguacero polar, capaces de correr incluso mas que yo y de reaccionar con unos reflejos que posiblemente os dejarían en ridículo a la mayoría de vosotros, no eran precisamente mi idea de "viejos discapacitados necesitados de asiento"

El autobús se acercaba a ritmo pausado y se detuvo en un semáforo en la oficina provincial de la ONCE, a escasos 50 metros de la parada. Cuando estaba sacando la mano del bolsillo para tener disponible la tarjeta del bonobús lo mas rapido posible noto una mano en el hombro que me hizo darme la vuelta.

-Oye chaval, a la cola!!
-Que cola? Si llevo aquí 15 minutos
-Pues ninguno de vosotros te hemos visto! (rumor general y ronda de afirmaciones con la cabeza de varios de los ancianos ahí presentes )
-Hombre, es que si nos dedicamos a cuchichear y a formar barerras..

En ese momento noto un codazo en el riñón

-!Quita coño que te limpio a hostias!

Quien que me había dado el golpe, un abuelete con tal cara de bruto que podría haberme partido por la mitad con la cachaba si se lo hubiera planteado, ahora alzaba el puño en una actitud nada amable. Pensé en decirle "tu y cuantos mas como tu", pero el caso es que ahí mismo había unos cuantos mas como el y entre todos seguro que sumaban mas años que la Catedral de Burgos y si me apurais hasta el partenon. Entre tanto la parada del bus era un hervidero de comentarios que se dividían entre "esta juventud es lo peor, llega el ultimo y quiere subirse el primero" y demas variantes y otra rama, que llevaba ahí casi el mismo tiempo que yo que decía "hay que ver, cuanto mas mayores menos educación" y frases del estilo. Aprovechando aquella confusión y que el bus acababa de pararse delante de la parada doy dos zancadas para subirme el bus y escabullirme de aquel embrollo.

-A veer! A veer! Aveeeer!
-Vaya morro - algo dicho por una señora con una bolsa de SPAR en la cebza no es algo que debas tomar demasiado en serio..-
-Tendras los cojoens de meterte el primero, puta juventud..

Cuando parecía que el rumor de las palabras quedaron atrás me encontré con un bastón entre mis piernas que por poco me hizo caerme, al menos dos manos en el hombro sujetándome y otras tantas que me agarraban la cazadora. Aquello parecía una escena de la noche de los muertos vivientes, versión "imserso" Zafandome como pude llegue al interior del bus donde metió la tarjeta en el cobrador automático y avance derecho hacia el ultimo sitio libre de todo el coche de linea sentándome de golpe. No puedo describir bien las miradas viperinas que recibí en aquel sitio aquel día, pero si las miradas matasen yo estaría criando malvas desde aquel Domingo.